martes, 23 de junio de 2009
Por fin tuvo un instante de alegre inspiración que a continuación paso a relatar:

Era un caluroso día de verano es una miserable ciudad sureña, las señoras ventilaban los bajos de sus faldas con disimulo mientras los niños descamisados corrían entre sudores, heridas y artilugios punzantes. Asombroso resulta el hecho de que nadie percibía por aquél entonces nada de lo que claramente se iba a poder ver unos minutos más tarde.

Pasado todo aquél mal trago, volvieron a sus casas con el aire fresco de la noche y envueltos en un estado psicológico confuso. Tan sólo fue el primer día.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué gran canción.