jueves, 25 de junio de 2009
Leo relatos de humor inglés en la oscuridad,
hay un gato en mi calle que todos los días a la misma hora sube a mi ventana
y maúlla hasta temblar,
dicen que tiene una espantosa enfermedad
en las patas
y que es mejor no acercarse.
Suena música de frontera mexicana,
los ojos me lloran,
el gato limpia una lata de atún
del norte.
Tengo una enorme pena
que no se cómo quitarme de encima.
Será que lo leo es deprimente,
que lo que oigo es repetitivo,
que el gato sigue teniendo hambre.
Será...

1 comentarios:

Olimpia. dijo...

joder, he visto ese libro en la Bertrand y pensé "coño, seguro que me gusta". Ahora me has quitado las ganas, maldito hijo de perra.