viernes, 8 de febrero de 2008

Desde mi ventana

Desde mi ventana veo a la vecina de enfrente, veo también parte del jardín que mi madre lleva cuidando doce años. En uno de lo cristales puedo ver el sol, de buena tarde, recién comido.
Últimamente esa ventana es el único acceso a la realidad que me otorga este apático montón de folios, me lastran hasta límites de inamovible voluntad, no soy un buen estudiante, quizás lo fui, pero ahora me mueven otras cosas que seguramente me lleven a un lugar menos glorioso y menos triunfador, donde no hay cuatro paredes y una fotocopiadora.
Me escapo de todo ese panorama, sin vigilancia, a olisquear momentos de dulzura en la escritura de Bukowski. Un relato, solo uno...


—¿Por qué estropeas tu belleza? —pregunté—. ¿Por qué no aceptas vivir con ella sin más?
—Porque la gente cree que es todo lo que tengo. La belleza no es nada. La belleza no permanece. No sabes la suerte que tienes siendo feo, porque si le agradas a alguien sabes que es por otra cosa.

—Vale —dije—, tengo mucha suerte.
—No quiero decir que seas feo. Sólo que la gente cree que lo eres. Tienes una cara fascinante.

—Gracias.

Tomamos otra copa.

—¿Qué andas haciendo? —preguntó.

—Nada. No soy capaz de apegarme a nada. Nada me interesa.

—A mí tampoco. Si fueses mujer podrías ser puta.

—No creo que quisiese establecer un contacto tan íntimo con tantos extraños. Debe ser un fastidio.

—Tienes razón, es fastidioso, todo es fastidioso.


'La Chica más guapa de la ciudad'
Charles Bukowski.


0 comentarios: