miércoles, 30 de enero de 2008

Fire












Salen a jugar con sus globos,
inocentes víctimas del caos total.
Corren tras las vacas sagradas,
ignorantes de la sangre que ruge en las calles.
Puede que su padre les vigile desde la ventana,
o puede que sea una bola de fuego.
Miran al cielo
y ven el mismo azul que tu,
pero sus manos no son tan suaves,
ni brilla su pelo.
Ir a comprar arroz,
es lo más peligroso que te puedas imaginar.
Los cristales hacen heridas mentirosas,
no dañan más que la superficie de una realidad cruel,
están al borde del abismo y no hay salida,
mientras todos los demás
subimos el volumen para no escuchar nada,
cambiamos de canal para no estropear nuestra digestión,
usamos los periódicos para ver la programación.
Nos entristece suspender un examen,
que no haya sol,
que no tengamos para comprar esos zapatos tan caros,
que nos duela la cabeza,
que nos metan un gol, que se acabe el vino.
No aguantamos tener que madrugar, ni ver telebasura,
estar gordos, no tener la televisión más grande,
no conocer a Elvis.

Y mientras suena esta canción
y pienso qué hacer con este bocadillo pasado de fecha,
Kenia se muere.

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