domingo, 1 de marzo de 2009

vivir es luchar contra los trasgos y escribir es juzgarse a uno mismo.


esquivando los charcos de una ligera lluvia que le acompañó durante toda la tarde del sábado, intentaba mantener impolutas sus nuevas botas para disponer de un tanto más de elegancia ante la cita que se le presentaba esa misma noche.
cenó los restos de comida china del día anterior, acompañado por una botella de oporto del 89 que abrió para la ocasión, no estaba nervioso, no se esmeró demasiado en la higiene personal ni pretendía parecer algo que no era, como suele ocurrir en este tipo de encuentros.
atravesaba una época oscura de su vida desde que su mujer se fue, el único atisbo esperanzador de sus días se basaba en la sencilla idea de una madurez libre y sin ataduras y de que una vez cumplidos los treinta podría por fin cumplir su sueño de juventud; recorrer el país en su viejo ford del 74.
pero antes, mucho antes de eso, había conocido a la señorita Chang en una página web de citas a ciegas en las que abundaban solteros desesperados, amigos de lo ocasional y mujeres con el instinto maternal en fase terminal. después de algunas semanas en las que intercambiaron correos electrónicos y las mejores de sus fotos, decidieron dar el paso de conocerse y ante esa situación se encontraba Bill.
ella habia telefoneado poco antes para avisar de que se retrasaría hasta pasada la media noche lo que supuso un incremento de la tensión arterial y pequeños sintomas de ansiedad en la fisionomía de Bill. la noche se estaba enturbiando y comenzó a llover aun más, desde su ventana pudo ver como los charcos de la tarde se convertían en pequeños lagos en medio de la calle y todos corrían de un lado a otro con sus paraguas de colores, colores entre tanta oscuridad.
al filo de la media noche y con la botella de oporto en el cubo de la basura, se escucharon tres golpes secos en la puerta de entrada y una dulce y asiática voz, a lo que siguió un intenso y largo silencio.

1 comentarios:

Ve. dijo...

Al fin!

Qué va a pasar ahora con la señorita Chang?