domingo, 11 de enero de 2009

otro sábado que no es como los de antes


leía el final de el libro de jack en el que sus amigos más íntimos cuentan los últimos instantes de su vida, mientras mi autobús de vuelta a casa pasaba cerca de granada y de sus grandes montañas nevadas. estaba todo oscuro y los ocupantes dormían en absoluto silencio, en el asiento más alejado de cualquier otro asiento, iluminaba las páginas con la luz de un teléfono móvil sin batería. al terminar el día perdido entre otros días que creo que también andan perdidos, y recién llegado a una casa que todo el mundo se empeña en decir que es mi casa pero en la que aún no he encontrado ningún vinculo afectivo ni material; la tristessa me llegaba al darme cuenta de que todo es un entretenimiento para no aburrirte hasta que llega el momento de morir y entonces sólo te queda entonar una canción de tu infancia que recordarás con emoción.

2 comentarios:

Dafne Laurel dijo...

que pena...

Anónimo dijo...

Ya puedo no? Qué idiotas somos aveces... los sábados son ingratos... como las zorras de los sábados... como las copas de los sábados... pero cuando menos te lo esperas... va la vié y te sorprende... :) Un saludo Alex! rompí mi mira por el agujerito y di la cara... como te digo, ya puedo no? :)